Es eso que hace latir los corazones, hace girar las estrellas, caer a las estrellas fugaces. Es eso que solo aquellos que lo mal gastan quieren retener, eso que desperciciamos en miradas inutiles que llenan de sentido nuestra vida.
Ese ruido que hace el relog en las noches de verano cuando escribimos palabras sin sentido. Es la moneda con que se compran los sueños. Hasta que los sueños sueñan con comprar monedas. Nunca sabemos si un segundo es una inversión, un desperdicio, una experencia, un paso adelante o uno hacia atrás.
Pero hay que seguir adelante, con fé e ilusión, pues si utilmente ahorrasemos el tiempo, nos volveriamos seres grises y la Tortuga Casiopea pasaria a nuestro lado sin que nos dieramos cuenta.
El tiempo es eso que cuanto más tratas de ahorrar, más lo desperdicias.
El secreto de la vida, es siemplemente ese, vivirla. Esperar a que caiga una estrella fugaz más, por el placer de esperar, ver la salida del sol por el mero hecho de saborear el primer rayo de sol. Y disfrutar.... de cada segundo, de cada ecuación. Porque las ecuaciones son muchas veces eso. Tiempo. Tiempo esquemático y rigido. Pero en las ecuaciones no se ve a las estrellas, cuando te estan mirano.
El tiempo... qué magnífico, qué extraño; para mí, ante todo, qué gran incógnita.
ResponderEliminarFascinante. No seríamos sin el tiempo...
Me encanta. A mí también, me ha obligado a escribirle el tiempo.
:)