En ciencia también se toman decisiones sobre las interpretaciones, a pesar de que los hechos y medidas dentro de sus errores instrumentales, son indiscutibles, las teorías que explican los fenómenos muchas veces lo son, ya que en ocasiones más de una teoría puede explicar las observaciones. Solo la navaja de ockham y nuevas observaciones pueden descartar.
Por contra, la política es la manera de la toma de decisiones humanas. En principio, desde los dictadores romanos a las actuales democracias, todas las organizaciones políticas pretenden mejorar la toma de decisiones de manera que se mejore la forma de vida de los seres humanos o de un subconjunto de los mismos.
Evidentemente, la implicación de los propios seres humanos y la moral hace que la discusión de muchos problemas no puedan ser estrictamente discutidos desde el punto de vista técnico. Pero, la política y la gestión pública deberían de aprender de las prácticas científicas para minimizar sus errores y progresar.
Decia Pablo Echenique:
Por otro lado, cuando una pregunta es íntimamente humana, moral, social o política —¿tiene sentido que 20 personas posean la misma riqueza que un millón, especialmente si esas 20 viven vidas de lujo inimaginable y el millón pasa penurias?—, parece claro que, aunque la ciencia pueda darnos alguna pista, la respuesta no se halla resolviendo una ecuación, haciendo un informe técnico o al final de un paper científico.Personalmente no estoy de acuerdo con esa afirmación y en mi opinión demuestra por que la sociedad funciona como funciona. Es cierto que para tomar la decisión hay que tomar unos valores de partida, que la ciencia o el método científico no puede tomar, como es el que se maximice el bien estar de todos los individuos del planeta, los de tu país, los de tu clase social o el criterio que quiera tomar el votante. Pero, una vez tomada esa decisión, si es posible (al menos en teoría) saber cuan bueno es que un grupo de la población aglutine un X porciento más de la media de la población. A esta ciencia se la conoce como teoría de juegos y la experimentación.
Sin embargo, es mucho más sencillo dejarse llevar por las creencias y negar la posibilidad de alcanzar el conocimiento. En mi opinión esa estrategia es realizada por la mayoría de los políticos.
En ese ejemplo, conocer cuan bueno es permitir que una parte de la población acumule riqueza, en el grado que corresponda, en teoría, se podría crear un juego que simulase la realidad (tipo Simcity o Wow por ejemplo) en que se pudiese comprobar como el limitar la desigualdad hasta el grado X mejora el resultado global del juego según el criterio moral elegido. Alguien, podría argumentar el juego puede ser trucado por las corporaciones capitalistas o comunistas para forzar un resultado. Pero aquí vamos a otro de los problemas de la política y muchas ciencias humanas. Si el código del juego fuera abierto, en teoría, no podría ser trucado. De manera simple la economía intenta estudiar estos problemas como la teoría del Segundo mejor.
Como he comentado, para evitar que la decisión sea manipulada uno debería de tener un código abierto, o sea, transparencia en los métodos de decisión y los datos y criterios utilizados. Sin embargo eso es algo que es altamente evitado desde el área de la política y la gestión. Es más simple conocer los datos de cualquier estrella del universo, que la documentación que apoya cualquier decisión política.
La ciencia no es perfecta, pero su ecosistema independiente ha favorecido de manera natural buenas prácticas que en si mismas no son ciencia. Pero ayudan mucho a alcanzar su objetivo, mejorar el conocimiento de su área de interés.
Los astrónomos han compartido sus observaciones durante milenios por que ayudaba al progreso mutuo. Sin embargo no pasa lo mismo en la política. Cada país o región quiere ser dueño de como se eligen sus leyes y como se reparten sus recursos, sin ser honestos en sus verdaderas motivaciones.
Estoy convencido de que existen muchas áreas del conocimiento en que no se realiza investigación sociológica o técnica, por incompetencia o simple a fan de control. Es mucho mejor mantener la creencia de que algo no puede ser conocido, para así repartir los recursos en función de mi criterio personal o colectivo, que estudiar realmente el problema y que sean las decisiones técnicas las que decanten la decisión en un sentido.
Es cierto que hay problemas que ahora mismo son casi irresolubles, como lo fué durante casi toda la historia de la humanidad la posibilidad que como surgió el universo, pero hay otros problemas mucho más cercanos que no parecen tan complejos pero no se atisba el más mínimo interés en por parte de los políticos en que sea investigado con rigor.
Voy a poner un ejemplo de mi trabajo para mostrar cual es el caso. En nuestro país existen aproximadamente 8 millones de farolas. Las cuales, consumen 5.3 TWh al año, gastan unos 820 millones de euros anuales. La amortización típica de una farola es de unos 10-20 años, por lo que existe una inversión acumulada de aproximadamente 16.000 millones de euros en farolas. Las farolas nos proporcionan, en teoría (cosa en al que no estoy en absoluto de acuerdo) seguridad vial y seguridad ciudadana. Sin embargo, la inversión en España en estudiar cuan eficiente es la iluminación en cumplir sus objetivos es virtualmente 0€/al año (ni una referencia posterior al año 1985).
¿Es lógico esto? Si analizamos desde el punto de vista de las prácticas científicas (que no de la ciencia) se entiende perfectamente por que esto ocurre. Todos los proyectos científicos son evaluados, si ya no en su presupuesto como otras partidas, siempre en sus resultados. En ciencia es inconcebible que un científico lo sea sin compartir el resultado de su experimento y que este sea replicado con otros. Es inconcebible que un científico no justifique la efectividad de sus métodos, sus fuentes y estándares, referencias y demás. Desde luego, la ciencia no es infinitamente transparente y honesta, pero su ecosistema ha hecho que de manera natural sea infinitamente más transparente que el resto las actividades humanas.
Aun así, la comunidad científica no esta exenta de culpa en que determinadas áreas no hayan sido tratadas con el rigor que merecen. La academia muchas veces se siente más cómoda estudiando esos elementos naturales que no te perturban. Preocupada en resolver problemas que solo importan a los propios científicos. Eso no quiere decir que la ciencia básica no sea necesaria, es fundamental para le crecimiento del conocimiento. Pero no es de recibo el desprecio de la academia por los verdaderos áreas de interés de la población solo por que son menos abstractos.
De esta manera es mucho mejor valorado en la comunidad astronómica una investigación sobre la polarización del fondo cósmico de microondas, que un nuevo sistema de telescopios que ayuda a millones de personas a acercarse a la astronomía. Solo por que el primero, proporciona un nuevo detalle que no conocíamos sobre el universo, que ser traducirá en una mejora para los seres humanos dentro de mucho tiempo, que el segundo que ayudará a conocer el universo un poco a millones de personas, que además hará que esos millones de personas, que pagan los sueldo de esos científicos, valoren la importancia de ese descubrimiento.
La academia debe aprender a valorar más la aplicación práctica y pública de sus conocimientos y la política debe apender mucho de las prácticas científicas.
Las leyes y propuestas políticas deberían de ser acompañadas siempre de una documentación técnica, argumental y moral que pueda ser accesible y conocida por los ciudadanos.
¿Sin conocimiento de como se elaboran y con que rigor, como se puede apoyar una iniciativa política?.
En el programa de Podemos, pude leer:
Reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales y de la edad de jubilación a 60 años, como mecanismos para redistribuir equitativamente el trabajo y la riqueza, favoreciendo la conciliación familiar.¿Quién no querría jubilarse a los 60 años y trabajar solo 35 horas? Seguramente hasta los millonarios les votarían si pusiesen cumplir todo lo que prometen en su programa. Pero, el sano escepticismo nos hace dudar.
Como decía Carl Sagan:
"Afirmaciones extraordinarias requieren siempre de evidencia extraordinaria."¡¡Quizás tienen esas evidencias!! Pues bien, yo pido desde mi blog, por favor, que las muestren en código abierto y de manera accesible. Es tan sencillo como añadir un hiper vinculo en su PDF o una cita al pié, para hacer accesible a sus votantes, pruebas de que han encontrado la solución a dicho problema.
Sino, por favor, si quieren caer en los errores de otros partidos, no prometan lo que no pueden cumplir, con la esperanza de alcanzar mayores cuotas de poder con afirmaciones susceptibles de ser consideradas populistas, como "populista" es el horóscopo.
Aquí, mi parte crítica a "Podemos". Por otro lado, creo que su iniciativa de los círculos es un buen paso en la dirección de hacer una política en la que se pueda confiar. En la mayoria de los partidos no queda nada claro que método siguen para llevar a cabo su teórica labor que es representarnos.
¿La telepatía? ¿La esperanza de que sus militantes sean una muestra representativa de la población? ¿La esperanza de que sus ideologías sean la solución a todos los problemas solo por que la mayoría de sus afines lo crea?
Pero, yo no quiero votar con ilusión. Quiero votar con confianza de que quien me va ha gobernar sabe lo que hace, y sino lo sabe, hará lo posible por saberlo.
Se suele decir que "La democracia es el menos malo de los sistemas políticos."
Pero yo añadiría, de los sistemas políticos conocidos. Ya que la democracia por si sola no soluciona los problemas. Una democracia de analfabetismos nunca aprenderá a leer por arte de magia. Para que la democracia sea una verdadera solución necesita de muchas herramientas para que verdaderamente sea una solución. La primera, es la educación de sus individuos, la segunda transparencia, racionalidad y trazabilidad de sus procedimientos, la tercera independencia de los poderes ( y no solo de los clásicos, Ejecutivo, Legislativo y Judicial), sino también de la información y la creación de conocimiento, y por último la evaluación critica y sistemática de las políticas y los políticos, tal y como se hace, por ejemplo, de los científicos y otros profesionales técnicos. Y no en base a la opinión de la gente, sino en base a criterios objetivos. La independencia, no significa falta de regulación, sino la incompatibilidad de intervención directa de unos poderes en la gestión de los otros.
¿Por qué la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), evalúa a los profesores universitarios y científicos y no se puede hacer una mínima evaluación de los conocimientos de los políticos?
Es cierto que podría servir como instrumento para controlar a la población, pero... ¿si se hiciera de manera totalmente transparente y por un amplisimo consenso no podria exigirsele algo a un representante de los ciudadanos?.
Al fin y al cabo es una falacia que todos podemos ser representantes de los ciudadanos, ya que existe una ley de partidos que prohíbe que ciertos partidos que defiendan posturas en contra de determinados colectivos puedan existir. Aunque uno pudiese mentir en el "test", creo que sería útil para los ciudadanos votar informados de las cualidades de sus representantes, tanto morales como técnicas.
Lo que no se mide, no se puede mejorar.
Decía Lord Kelvin.
En la película El Club de los poetas muertos se decia:
“Para entender a fondo la poesía debemos antes familiarizarnos con su métrica, rima y figuras retóricas, y luego hacernos dos preguntas: una, ¿con cuánto talento se ha conseguido el objetivo del poema?, y dos, ¿qué importancia tiene dicho objetivo?"
Evidentemente, como se muestra en la película, usar esos criterios para medir la grandeza de un poema viola el proposito mismo de la poesía que es conmover. Pero eso no quiere decir que no sea posible medir la grandeza de una poesía. Quizás, sea mejor medir la frecuencia cardíaca de los lectores, o ver el impacto en el tiempo de la misma en las personas que la leyeron. Pero, si decidimos que realmente, nos va la vida en medir la grandeza de la poesía, deberemos poner toda nuestra capacidad en intentar medirla.
Esta muy claro que si nos va la vida en que tipo de representantes tenemos. Por lo que, deberíamos de ir empezando en pensar en como medir la calidad de los mismos. Sino, nunca mejoraremos los políticos de nuestro país, salvo por selección natural. Creo, que las buenas prácticas, autocrítica y la humildad formal, son las cosas en las que la política debería de aprender de la ciencia.
Aunque quizás, esté totalmente equivocado.