domingo, diciembre 26, 2021

¿Es la iluminación exterior LED sostenible?

 ¿Es la iluminación exterior LED sostenible?


En general, la respuesta corta es NO. La respuesta larga es, como en casi todo, depende. Si hacemos caso a lo publicado cada semana por los ayuntamientos españoles, pensaríamos que el alumbrado público LED es la solución para el principal problema de sostenibilidad de nuestros ayuntamientos, ya que el alumbrado público supone el aprox 50% del consumo energético dependiente de las administraciones locales (y en muchas ocasiones más).


Sin embargo, en general, contrariamente a lo que la inmensa mayoría de la población ignora, el alumbrado exterior LED no ha sido competitivo desde el punto de vista de sostenibilidad y su implantación está siendo más motivada por intereses empresariales y políticos que de sostenibilidad. Hasta el año 2017 no había LEDs en el mercado de alumbrado exterior que fueran igual de eficientes energéticamente que el Sodio de alta presión y aún hoy en día, no existen LEDs en el mercado más eficientes y sostenibles que las lámparas de baja presión de sodio. Sin embargo, estas últimas han desaparecido del mercado por intereses empresariales.


Las razones de esta disociación entre las políticas públicas y la realidad científica son claras. Si bien los LED tienen el potencial de ser una tecnología muy sostenible, en general, el marketing ha hecho que ese potencial se asume por defecto sin que se realicen los estudios pertinentes para garantizar que eso es lo que realmente ocurre. Y es que los LEDs, en principio, no son una tecnología muy sostenible. Su fabricación es un 70% más dañina en casi todos los indicadores que las lámparas actuales de sodio. Las lamparas LED  más eficientes que el sodio, suelen tener temperaturas de color muy altas que producen daños severos en los ecosistemas, problemas de seguridad debido a los deslumbramientos y potenciales efectos en la salud.


En definitiva, los LED pueden ser sostenibles, si cuando se instalan, la reducción de potencia compensa los impactos de su fabricación y no genera otros problemas mayores en los ecosistemas. 


En la práctica, en 2017 publicamos un artículo en el que se mostraba que las emisiones de luz estaban aumentando a un ritmo de 2.2% anual en todo el planeta, a pesar de que los datos de satélite no son en absoluto los ideales para conocer el impacto de los LED. Eso implica que, la implantación de los LED, lejos de estar ayudando a la sostenibilidad global, están produciendo un efecto rebote. Localmente, puede que se reduzca el consumo eléctrico (la única manera de ahorrar con LEDs menos eficientes luminicamente es poner menos potencia), pero se están instalando LEDs en más lugares y se está trasladando gran parte del problema a los países productores.


En lo que se refiere a la contaminación lumínica, desde 1992, esta ha crecido un 49% como mínimo y esto podría llegar hasta los 270% en la banda azul.


En general, lo que observamos desde las organizaciones que luchan contra la contaminación lumínica, es que este es un tema ignorado por la mayor parte de la comunidad ambiental, tanto académico como el activismo ambiental. En general, observamos que los ecosistemas nocturnos ignoran/obvian sus mecanismos más básicos. Temas tan sencillos como la desaparición de los insectos, la pérdida de los polinizadores, desorientación de especies migratorias, impactos en anfibios, cambios drásticos en el funcionamiento del balance presa-predador están afectados por la contaminación lumínica. Pero la excusa número uno para la instalación de LEDs es paradójicamente la lucha contra la contaminación lumínica (que en su mayoría no hacen) y la lucha contra el cambio climático (desde luego, no lo hacen muy eficientemente). Un ejemplo de esto fue el Ayuntamiento de Milán en 2014 cuando cambió todo su alumbrado público. Cambió toda la ciudad, con LEDs menos eficientes que las lámparas de sodio y solo ahorrando una pequeña cantidad de energía, pero emitiendo la misma luz al suelo y un 27% más de luz azul al espacio. Otras ciudades como Madrid, hicieron también un cambio total de iluminación, pero aunque un 33% de la ciudad cambió a LED, el 66% restante optó por una simple y llana reducción de potencia. Por motivos de imagen, estos datos no se publicitaron, lo que vendía era instalar LED. 7 años después, prácticamente nadie en Madrid notó la reducción de potencia, pero sí hubo numerosas quejas por la transición a LED debido a su molesto color blanquecino. Sin embargo, aquella operación, ayudó a que numerosos municipios de la región, la más contaminante luminicamente de la península ibérica, con emisiones medibles desde los Pirineos, optará por instalar LED blancos de gran impacto ambiental. El cambio de Madrid, a pesar de ser como indicaba el propio ayuntamiento, era la mayor operación de cambio de alumbrado público de Europa, no contó con informe ambiental. Años después, los ciudadanos solicitaron al ayuntamiento que se hiciera dicha evaluación a posteriori y, aunque estamos convencidos de que el resultado va a ser positivo, el proyecto esta en un cajón.


Mientras, existen millonarias subvenciones para instalar LEDs por todo el país (64,7 millones de euros). Y si se hace bien, no necesariamente es malo, aunque sí poco eficiente en la protección del medio ambiente. La reducción de potencia que hizo Madrid (o A Coruña), podría costar sólo 17 € por farola (sin contar mano de obra), pero el cambio a LED típico en España cuesta unos 600 € puntos de luz.  A nadie se le escapa que la cantidad de farolas que se pueden cambiar a 17 € la farola, es muchísimo más que a 600 €. Pero si incluso nos vamos a LEDs eficientes pero no tan sostenibles pero baratos, los precios pueden rondar los 45 € en la farola y por debajo de eso, en alumbrado público, lo más probable es que nos están estafando (véase los LEDs de Rus).


En otras palabras, los planes de nuestros ayuntamientos de convertir a LED, son más una artimaña para limpiar la cara, que una verdadera apuesta por la reducción de las emisiones de CO2. Lo peor de todo, es que muchos, ni siquiera son conscientes de ello y creen que realmente lo están haciendo bien.


Por ello necesitamos que la gente que se dedica a la comunicación en temas de sostenibilidad profesionalmente o como activista sea consciente de este problema. Si nos ponen LEDs, que realmente ayuden a luchar contra el cambio climático y reduzcan realmente la contaminación lumínica. Y si no es así, que no se instalen.


Sin embargo, si los LED se usan adecuadamente, pueden ser una gran baza para reducir las emisiones de CO2 y la contaminación lumínica. Si se usan adecuadamente, la capacidad de los LED para enviar la luz sólo donde se necesita, la capacidad de elegir el color adecuado, la capacidad de regular la intensidad, la capacidad de corregir iluminación excesiva, la capacidad de cambiar el color de la luz de manera dinámica. El alumbrado inteligente, es inteligente solo cuando hay profesionales inteligentes y formados detrás. Necesitamos diseñadores de iluminación para que adecuen la iluminación a las necesidades reales de las personas, necesitamos informes de impacto ambiental que nos indiquen que se puede iluminar y que no se puede iluminar, necesitamos ingenieros que nos ofrezcan las mejores soluciones técnicas. Elimina uno de esos pasos, y puedes dar por descontado que el resultado no será un alumbrado ni inteligente ni sostenible, por muy caro y avanzado que sea el sistema de iluminación.


Un ejemplo de esto, han sido las revueltas que se han producido en varios lugares del mundo en contra de la instalación de LEDs. Empezando por Roma, Montreal, Seattle, New York, Madrid,...


Pero, parte de la industria está empezando a apostar por una nueva estrategia. Si tu no quieres convertirte a LED, te vamos a obligar. Los pequeños municipios están empezando a tener problemas para encontrar lámparas de sodio para mantener sus alumbrados y se ven forzados a cambiarse a LED sin las garantías necesarias.


Por otro lado, el Parlamento Europeo ya ha solicitado a la Comisión Europea la realización de una regulación que limite la expansión de la contaminación lumínica. Estamos en una carrera por salvar la belleza de nuestras ciudades, nuestro patrimonio cultural, por salvar los ecosistemas nocturnos y evitar mayores daños en forma de enfermedades transmitidas por mosquitos y otros posibles impactos en forma de enfermedades hormonodependientes.


No todo vale. Los LED pueden ser sostenibles, sí. Lo son por defecto, no. En caso de duda, mejor deja lo que ya está.


martes, agosto 03, 2021

Pioneras: Fatima de Madrid, la quizás Agustina del 1924, cumplio su papel.

Hace unos pocos años los colegas del Instituto de Astrofísica de Andalucía, creaban el falso documental figura de Agustina Ruiz du pont. La premisa del falso documental era clara. Existieron mujeres en física, pioneras, de las que no sabemos nada. Agustina quizás no existió, pero algunas como ella, casi con toda seguridad lo hicieron. La historia, sin embargo, es en gran medida prisionera de las fuentes. 


Pero no al 100%. En algunas áreas, disponemos de otras maneras de ir hacia atrás en el tiempo, como son los estudios filogenéticos y arqueológicos. En general, es muy fácil decir que alguien se ha inventado algo, cuando no hay otras fuentes, salvo un o dos de hace unos años que las tenemos.

 Hay eventos, de grandísima relevancia cultural, de los que tenemos serias dudas de su existencia real, como es la batalla de Covadonga. Por tanto, no es que no se deba dudar de las fuentes. Se debe. Sin embargo, también hay que considerar, que hemos perdido tantas... que hay que ser cautos también en la garantía de que algo no existió. 


Creo que es mucho más sano dejarlo en la consideración de mito. Una historia, de caracter fundacional, de la cual muchas veces no tenemos poca o ninguna evidencia. 


 Desde ese punto de vista, el mito de Fátima de Madrid, fuera real o no, ha cumplido su cometido. En el reciente artículo de Enrique Sacristán en SINC se discute la polémica actual sobre la existencia o no de Fátima. Pero, para mi, lo relevante del artículo, es más que si Fátima existió o no.


 Como que esa discusión ha traído a la luz la incuestionable existencia de una esclava del califa al-Hakam II que sí existió, pero de la cual se desconoce su nombre. ¿Por que no podríamos llamar a esa esclava Fatima?. 


La única razón para no hacerlo es simplemente para no confundir las fuentes, pero desde luego tenemos dos fuentes diferentes, una dudosa y la otra fiable, que nos hablan de al menos una astrónoma en el siglo X en Córdoba.


 Una fuente puede ser una invención, dos inconexas ... lo ponen mucho más difícil. 


 Pensemos en un caso potencialmente más moderno. William Herchel y su hermana Caroline Herchel. En este caso, no existe duda alguna de la existencia de los dos. Es muy interesante ver como por ejemplo, en la biografía en Turco de Willian Herchel no aparece Caroline por ningun lado, en la versión original en Español y actual (03/08/2021) se habla solo de pasada y en la inglesa, original ya se destaca a ella como interesada en la astronomía y en la actual hay toda una sección.


 Por otro lado, la cantidad de fantasmas bibliográficos que existen, es tan grande... por ejemplo, de un autor mucho más moderno que "Fátima", Pedro Ciruelo, preceptor de Felipe II y probablemente primer astrónomos de la Universidad de Alcalá (hoy Universidades Complutense de Madrid y Universidad de Alcalá), no queda ni rastro de uno de los libros publicados en la propia Universidad Complutense de Madrid.


Si de un autor tan importante y reciente como Pedro Ciruelo no quedan apenas los nombres de los libros que escribió y de Caroline Herchel apenas se menciona su existencia en algunas de las biografías de su hermano, uno de los astrónomos más importantes de la historia ... ¿Cual es la probabilidad de que Fátima u otra astrónoma coetánea realmente existiera pero fuera borrada de la historia? 


Yo diría que alta. Y la reciente confirmación de una existencia de una anónima astrónoma en el siglo X en Córdoba, así lo atestiguan. Creo que de ahora en adelante, aunque se explique que aún no tenemos evidencias suficientes para confirmar o descartar la existencia de Fátima de Madrid, sí existen pruebas de otras astrónomas de nombre desconocido en el mismo tiempo y lugar. Probablemente, si mis colegas no hubiesen incluido a Fátima de Madrid en el calendario de "Ella es una Astrónoma" de 2009, por un lado, el mito de Fátima nunca se habría extendido tanto y por otro, nunca habríamos sabido de la existencia de una astrónoma anónima en Córdoba en el siglo X. 


Por tanto, Fatima, diez siglos más tarde, existiera realmente o no, sea una invención de 1924 o no, ha cumplido su misión. Demostrar que las astrónomas siempre han estado ahí. 


 De hecho, para mí, el calendario de "Ella es una Astrónoma" tiene una omisión importante: Enheduanna. Considerada, el primer autor no anónimo de la historia. Considerando estos casos, es probablemente muy probable que muchas otras mujeres a lo largo de la historia hayan ejercido la astronomía. 


Debemos de restaurarlas, no solo investigando sobre las pioneras del pasado remoto, sino también del pasado reciente. Como Maria Luisa Siegrist Fernandez, una de las pioneras de la astronomía en España, de la que apenas sabemos lo que está en este hilo de twitter.


 Vivir de la astronomía siempre ha sido complicado. Una vez adquirido el conocimiento, es fácilmente transmisible y su adquisición depende más de la perseverancia de los años y de las observaciones. Es muy curioso, porque incluso en Granada, donde probablemente haya una de las mayores tasas de astrónomos por habitante del mundo, no es raro que alguien te diga, eres el primera astrónomo que conozco en mi vida. 


Si a eso añadimos la exclusión que ha sufrido históricamente la mujer de área del saber y las aún recientes polémicas, unas con más justificación que otras sobre el papel de las mujeres en algunos de los descubrimientos más importantes de la ciencia como el papel de Marié Curie, Mileva Marić o Jocelyn Bell Burnell. En el fondo de todo esto está quizás, la única y verdadera recompensa duradera que obtiene un científico, el reconocimiento. Siempre ha sido un tema polémico y siempre lo será. Por ello quizás cada vez más debemos incluir más y más detallados informes de cuánto y cómo contribuyen nuestros colaboradores y especialmente colaboradoras. Demasiadas veces las contribuciones de las mujeres han sido eliminadas de la historia y por pequeña que sea, debemos poco a poco ir restaurando su memoria.


miércoles, abril 21, 2021

La reducción de la Contaminación Lumínica en en Madrid capital

 Desde hace algunos años, en este blog vengo hablando de contaminación lumínica de Madrid. En 2014 publicaba como había esperanza para Madrid, y como el cambio que se estaba produciendo daba algunos visos de esperanza.  Sin embargo, unos meses después, las esperanzas parecían evaporarse. Y es que nos voñviamos a encontrar iluminado el Faro de Moncloa, y se estaban poniendo difusores no muy buenos en muchas calles de Madrid.

Pensábamos  que el resultado globalmente sería positivo para la contaminación lumínica, aunque no las teníamos todas con nosotros, ya que la cantidad de LEDs instalados no era despreciable. El ayuntamiento por su parte, no hizo ninguna comunicación que no fuera sobre la instalación de LEDs y no se mencionó el tema de reducción generalizada de potencia.


Esta bajada de potencia generalizada no se realizó de manera espontánea. El grupo de Cielo Oscuro de la Agrupación Astronómica de Madrid y el Grupo de Protección del Cielo llevaban reclamando una bajada de potencia como la producida desde los años 90.

En mi charla en la Agrupación Astronómica de Madrid, recientemente explicaba cómo había cambiado el alumbrado público de Madrid de manera histórica.

La buena noticia, es que por el momento, tanto las imágenes de satélite como las medidas de tierra indican que el cambio que realizó en 2014-2015 fue positivo, apesar de usar LEDs no óptimos para esta tarea. La razón de esto es que se cambió el 100% de la ciudad, un 66% de sodio an sodio de menor potencia (tipicamente de 250 W a 150 W) y de sodio a LED (tipicamente de sodio 150 W a 53 W LED 3000 k). El ayuntamiento solo hizo propaganda de lo segundo.

Nuestro estudio, ha permitido con los datos del Observatorio UCM ver como efectivamente bajó la contaminación lumínica en Madrid, pero por desgracia, otras fuentes están haciendo que vuelva a aumentar. La instalación de LEDs, parece que es el principal problema. 



Se puede ver claramente en el espectro siguiente, donde aunque ha bajado notablemente la parte del sodio, la parte azul y el continuo ha subido sustancialmente.


Uno de los principales problemas que hemos detectado, es que los SQM tienen un problema de envejecimiento, por lo que sus medidas deben ser corregidas de ese efecto. Un problema añadido al ya conocido de su falta de resolución espectral.

En principio, esperamos que las autoridades tomen nota y decidan seguir esta senda no solo en Madrid, si no en otras regiones de que soluciona realmente la contaminación lumínica y que no.

Por si no queda claro, bajar potencia de sodio a sodio Sí, y nadie se dió cuenta. De Sodio a LED, no si no se hace con mucho cuidado y usando LEDs muy cálidos.

Por cierto, por si alguien lo duda. No hubo ningún cambio en la criminalidad, y si lo hubo, fué a la baja.